Final de Copa: Sevilla vs Getafe

Con la fiesta del fútbol se cierra el curso en el Bernabéu. La final de la Copa del Rey la disputan dos de los alumnos más aventajados de la clase. El Sevilla, campeón de la UEFA y con tres entorchados en su palmarés, tiene ya el sobresaliente en su bolsillo y si se consagra, esta noche su temporada será de matrícula. Enfrente está el Getafe, el alumno aplicado del instituto de barrio, que a base de codos y esfuerzo colectivo ha aprobado con notable alto.

Los de Schuster –el alemán puede presumir de haber ganado la Copa con el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético– serán inmortalizados si ganan.

El Sevilla ganó su última Copa en 1948 y su comparecencia en una final data de 1962, cuando perdió con el Real Madrid. Cuarenta y cinco años después los hispalenses quieren completar el año con dos títulos. La UEFA la consiguió ante el Espanyol y en la Liga hasta el último día ha peleado con Real Madrid y Barcelona por el campeonato.

Por su trayectoria, por su manera de jugar, por sus jugadores y por la capacidad de su entrenador habrá que colocar al Sevilla el papel de favorito.
Por la lógica del buen juego y de su comportamiento, no porque a Del Nido se le llene la boca de proclamar el triunfo con anticipación, pues sacar pecho no es bueno aunque el presidente sevillista tiene derecho a presumir. Juande ha sido la antítesis de su jefe y el martes dio un toque de atención. Sabe que la gasolina es la justita, que el rival dará mucha guerra y de ahí su discurso un poco victimista. Salvo a Adriano tiene a toda la plantilla disponible.

Los renqueantes Navas, Renato y Kanouté han superado sus problemas. Sabe Juande que le va a tocar llevar la iniciativa en el juego y espera que sus jugadores respondan. Su idea es explotar la banda derecha con Alves y Jesús Navas y el sistema será el habitual. Repliegue cuando no se tiene la pelota y buscar a Kanouté y Luis Fabiano cuando haya que atacar.

Schuster, frío y calculador, ha preparado su último partido como técnico del Getafe a conciencia.

Ha mentalizado a sus jugadores de que las opciones del triunfo pasan por la concentración, para que no haya despistes defensivos y para salir al contragolpe cuando se robe la pelota. Nacho se encargará de tapar las subidas de Alves, Pulido se peleará con Kanouté y se presionará en el centro del campo para darle una oportunidad a Güiza y Manu.
El jerezano es el máximo goleador getafense y en él confía la «marea azul» para romper los pronósticos, cambiar las apuestas y llevar al Getafe a la mayor hazaña de su historia. Hace diez años los madrileños estaban en Tercera y hoy pueden estar en la gloria. Hagan juego, no va más.

Esta noche, a las 21:30, comienza la batalla.

Por cierto, he de inmortalizar la frase de Del Nido de hace un par de días. Increíble:

"¿Güiza? ¿Quién es Güiza?"