Jornada 29: "La canción hacia la gloria"
Tras el periplo de mis vacaciones de Semana Santa (que no me impidieron asistir al Municipal) vuelvo de nuevo a la actualidad de Ultras Club y no podía poner otra entrada primero que no fuera la del resumen de esta 29ª jornada de Liga.
El sábado ya se palpaba en el ambiente que el fin de semana iba a ser mágico, especial, como el sentir que reina en las noches más épicas de la historia zaragocista. La canción de aquella noche se empezaba a forjar.
"La Albada" del Señor Labordeta ponían las primeras notas en la partitura y el coro elegido no podía ser otro que los aplausos del graderío. El dueño de la batuta, el jefe de la orquesta era Víctor Fernández y el invitado de aquella noche no era un cualquiera, sino el gran Barça. La canción empezaba a coger color blanquiazul y a medida que pasaban las corcheas, Víctor "the Boss" hacía gala de sus mejores dotes de artista.
César y la defensa eran los guitarristas, que mezclaban con clase magistral la dureza con la técnica. No se les escapó ningún acorde y Juanfran y Diogo hasta se atrevieron con algún solo digno de encender el mechero.
El encargado de llevar el bombo no podía ser otro que el gran Zapater. Marcaba el ritmo de la canción como nadie y con sus galones se merendó al equipo visitante (que hay quien piensa que fue el Levante).
Sergio García y Celades, encargados de distribuir desde dentro la armonía mañica, no fallaban en ninguna nota y se adentraron de lleno en la canción y se hicieron parte de ella. Sublimes.
Aimar y D'Alessandro fueron los encargados de hacer sonar la flauta, de divertir al público con sus invenciones, de poner las gotas de magia a la obra de don Víctor.
Todo estaba entrelazado. Todo estaba en su sitio, pero faltaba el violinista. Diegol, el 22, fue el encargado de manejar el gran Stradivarius. Estuvo perfecto durante toda la canción y los demás compañeros se pararon para poder escucharlo sólo a él, al gran Diego de Oro. En ese silencio tan bonito, Diego rozó una de sus poderosas cuerdas para asestar el toque final a la obra y hacer los sueños realidad de todos los presentes.
La canción aun no ha terminado y en estos momentos se asemeja al himno de la Champions. En junio termina la función y esperemos que la batuta de Víctor nos conduzca como hasta ahora. Hacia la gloria.
El resto de la jornada, al rojo vivo. Todos conocemos los resultados pero hoy no puedo. Hoy sólo estoy en una nube europea viajando por encima de Turín, Manchester o Roma. Espero no aterrizar.
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