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23 de mayo de 2007

¿Revenge o vendetta?

Algo más de mil kilómetros separan Estambul de Atenas. Eso y dos años menos dos días, son los que hoy hace que en la legendaria Constantinopla el Liverpool besara la gloria en una de las finales de Champions más míticas de la historia. Aquel día, negro en la memoria rossonera, se mantendrá por los tiempos escrito en letras de oro en la memoria colectiva red.

Pero el destino le ha concedido al Milan una segunda oportunidad. La ocasión de vengar aquella afrenta o, por lo menos y como prefieren verlo sus protagonistas, sacarse una espina clavada conquistando el título. Aquello que perdieron en Estambul, quieren recuperarlo en Atenas.

“Vamos a esta final, simplemente, a recoger una cosa que nos pertenece. Una Copa que hace dos años debió ser nuestra”

Así recordaba la semana pasada Clarence Seedorf, uno de los muchos futbolistas que repetirá final. Está claro que para el Milan la de esta noche no es una final más. Más allá de la derrota en Turquía, lo que dolió especialmente en el corazón rossonero fue la forma en que ésta se produjo. Viendo volar una ventaja de tres goles en apenas cinco minutos, en una cruel tanda de penalties y después de haber sido superiores al rival en el terreno de juego.


Las ansias del Milan, sin embargo, son tomadas en el seno del Liverpool como una especie de boomerang que puede volverse en su propia contra. Si Carlo Ancelotti se ha ocupado los últimos días en descontaminar a sus futbolistas acerca de aquel triste recuerdo, a Rafa Benítez le ocurre todo lo contrario. Estratega consumado, el técnico madrileño no ha perdido la ocasión de traspasar toda la presión al conjunto italiano por el recuerdo de Estambul. Una guerra de nervios, en todo su apogeo, que hoy vivirá el clímax en el césped del Olímpico de Atenas.

Y es que estarán los mismos, o casi, protagonistas de entonces. Prácticamente todos los que disfrutaron o sufrieron en 2005 repiten en 2007. Aparecen nuevos en escena como Reina o Mascherano en el Liverpool, como Oddo o Ambrosini en el Milan, pero desde los entrenadores hasta los cracks (Gerrard y Kaká) se repite, de entrada, el mismo guión que aquel 25 de mayo de 2005.

Unos 1.100 kilómetros al suroeste de Estambul, en la calurosa Atenas y ante 64.000 hinchas llegados desde Inglaterra e Italia (y con no menos de diez mil en las calles de la capital griega que ni en el mercado negro han conseguido un billete), Liverpool y Milan buscan la gloria continental. Los reds cuentan con repetir la historia; los rossoneros también. La suya, claro. Una que se remonta a 1994, cuando en el mismo escenario de hoy conquistaron su quinto título. Maldini y Ancelotti, también hoy protagonistas, seguro que tampoco se les ha olvidado aquella noche.

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