Benitez pudo con Mou
El Liverpool de Benitez doblegó al Chelsea de Mou. Todo un partidazo que es imposible resumir o explicar sin ver el partido.
Todo empezó como siempre, con el You'll never walk alone.
La noche prometía y si sentí escalofríos en el sofá de mi casa, no me puedo imaginar como se encontrarían los allí presentes.
La batalla en el campo se la llevó el Pool gracias al gol de Agger tras una falta ensayada pero fuera de la línea de cal, Benitez y Mourinho se debatían en una guerra de miradas de odio que no dejo un claro vencedor. Benitez le ganó la partida al portugués pero no se puede olvidar que Mou es un fantástico entrenador. Yo, ni soy del Chelsea ni del Liverpool y quería que ganará el que hiciera mejor fútbol y al final me quedé contento tras el resultado. Yo pensaba que este año ya le tocaba al Chelsea pero Anfield es mucho Anfield y ayer me convertí en un red más.
Lo de ayer fue inolvidable: una afición que cantó los 120 minutos de partido, una afición que no protestó siquiera un gol anulado a Kuyt, una afición que pitó como nadie cuando Lampard se dirigía a anotar su penalty, una afición que se merece una final más.
Hay un lema que dice: God saves the Queen (Dios salve a la Reina). Esta vez, la Reina se vistió de Salvador.
Y al final, todo acabó como siempre, con el You'll never walk alone.
Todo empezó como siempre, con el You'll never walk alone.
La noche prometía y si sentí escalofríos en el sofá de mi casa, no me puedo imaginar como se encontrarían los allí presentes.
La batalla en el campo se la llevó el Pool gracias al gol de Agger tras una falta ensayada pero fuera de la línea de cal, Benitez y Mourinho se debatían en una guerra de miradas de odio que no dejo un claro vencedor. Benitez le ganó la partida al portugués pero no se puede olvidar que Mou es un fantástico entrenador. Yo, ni soy del Chelsea ni del Liverpool y quería que ganará el que hiciera mejor fútbol y al final me quedé contento tras el resultado. Yo pensaba que este año ya le tocaba al Chelsea pero Anfield es mucho Anfield y ayer me convertí en un red más.
Lo de ayer fue inolvidable: una afición que cantó los 120 minutos de partido, una afición que no protestó siquiera un gol anulado a Kuyt, una afición que pitó como nadie cuando Lampard se dirigía a anotar su penalty, una afición que se merece una final más.
Hay un lema que dice: God saves the Queen (Dios salve a la Reina). Esta vez, la Reina se vistió de Salvador.
Y al final, todo acabó como siempre, con el You'll never walk alone.
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